PRIMER DIA, MARÍA LA MUJER PROMETIDA

INVOCACIÓN INICIAL

Virgen María, Inmaculada Concepción, patrona de España,

te saludamos y acudimos a ti que permaneciste siempre Virgen, siendo la Madre del Verbo encarnado, Dios y Salvador,  nuestro Señor Jesucristo. Que, por su singular elección, en atención a los méritos de tu Hijo, fuiste redimida de modo más sublime, preservada inmune de toda mancha de culpa original y que superas ampliamente en don de gracia eximia a todas las demás criaturas. Venimos a rogarte por nosotros, nuestras familias y nuestra nación (nombro mi nación) y todas las naciones.

V./ Oh María sin pecado concebida. 

R./ Rogad por nosotros que recurrimos a vos. 

Unidos a ti y proclamando las maravillas que Dios obró en su humilde esclava; decimos:

 V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

MEDITACIÓN

De   la  Catequesis  de San  Juan  Pablo  II  (24-I-96)

«Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar» (Gn 3,15). Eva fue la aliada de la serpiente para arrastrar al hombre al pecado. Dios anuncia que, invirtiendo esta situación, él hará de la mujer la enemiga de la serpiente. La enemistad puesta por Dios entre la serpiente y la mujer se realiza en María de dos maneras. Ella, aliada perfecta de Dios y enemiga del diablo, fue librada completamente del dominio de Satanás en su concepción inmaculada, cuando fue modelada en la gracia por el Espíritu Santo y preservada de toda mancha de pecado. Además, María, asociada a la obra salvífica de su Hijo, estuvo plenamente comprometida en la lucha contra el espíritu del mal.

 ORACIÓN

¡Virgen Inmaculada! Tu intacta belleza espiritual es para nosotros manantial vivo de confianza y esperanza. Tenerte como Madre, Virgen santísima, nos alienta en el camino de la vida como prenda de salvación eterna. Por eso, a ti, oh María, recurrimos confiados.

Rogamos por las intenciones de esta Cruzada

(hacemos un momento de silencio para que cada uno pida la gracia que desea alcanzar en esta novena)

Tras un breve silencio, se puede concluir con el rezo del Santo Rosario.

SEGUNDO DIA , MARÍA LLENA DE GRACIA.

INVOCACIÓN INICIAL

Virgen María, Inmaculada Concepción, patrona de España,

te saludamos y acudimos a ti que permaneciste siempre Virgen, siendo la Madre del Verbo encarnado, Dios y Salvador,  nuestro Señor Jesucristo. Que, por su singular elección, en atención a los méritos de tu Hijo, fuiste redimida de modo más sublime, preservada inmune de toda mancha de culpa original y que superas ampliamente en don de gracia eximia a todas las demás criaturas. Venimos a rogarte por nosotros, nuestras familias y nuestra nación (nombro mi nación) y todas las naciones.

V./ Oh María sin pecado concebida. 

R./ Rogad por nosotros que recurrimos a vos. 

Unidos a ti y proclamando las maravillas que Dios obró en su humilde esclava; decimos:

 V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

 

MEDITACIÓN

De la Catequesis de San Juan Pablo II (8-V-96)

Llena de gracia es el nombre que María tiene a los ojos de Dios. En el caso de la Virgen, la acción de Dios resulta ciertamente sorprendente. María no posee ningún título humano para recibir el anuncio de la venida del Mesías. Cuanto le ha sido concedido no proviene de ningún título de mérito, sino únicamente de la libre y gratuita predilección divina. María es puro fruto de la benevolencia de Dios, quien tomó de tal manera posesión de ella, que la hizo, como dice el ángel, llena de gracia. La Iglesia, alimentada por la palabra del Señor y por la experiencia de los santos, exhorta a los creyentes a dirigir su mirada hacia la Madre del Redentor y a sentirse como ella amados por Dios. Los invita a imitar su humildad y su pobreza, para que, siguiendo su ejemplo y gracias a su intercesión, puedan perseverar en la gracia divina que santifica y transforma los corazones.

 ORACIÓN FINAL

¡Virgen Inmaculada! Tu intacta belleza espiritual es para nosotros manantial vivo de confianza y esperanza. Tenerte como Madre, Virgen santísima, nos alienta en el camino de la vida como prenda de salvación eterna. Por eso, a ti, oh María, recurrimos confiados.

Rogamos por las intenciones de esta Cruzada

(hacemos un momento de silencio para que cada uno pida la gracia que desea alcanzar en esta novena)

Tras un breve silencio, se puede concluir con un rezo a la Virgen María. Recomendamos el rezo completo del Rosario de cada día.

TERCER DÍA , MARÍA, LA MUJER TODA SANTA

INVOCACIÓN INICIAL

Virgen María, Inmaculada Concepción, patrona de España,

te saludamos y acudimos a ti que permaneciste siempre Virgen, siendo la Madre del Verbo encarnado, Dios y Salvador,  nuestro Señor Jesucristo. Que, por su singular elección, en atención a los méritos de tu Hijo, fuiste redimida de modo más sublime, preservada inmune de toda mancha de culpa original y que superas ampliamente en don de gracia eximia a todas las demás criaturas. Venimos a rogarte por nosotros, nuestras familias y nuestra nación (nombro mi nación) y todas las naciones.

V./ Oh María sin pecado concebida. 

R./ Rogad por nosotros que recurrimos a vos. 

Unidos a ti y proclamando las maravillas que Dios obró en su humilde esclava; decimos:

 V/. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. R/. Como era en el principio ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

MEDITACIÓN

De la Catequesis de Juan Pablo II (8-V-96)

En María, llena de gracia, la Iglesia ha reconocido a la «toda santa, libre de toda mancha de pecado, enriquecida desde el primer instante de su concepción con una resplandeciente santidad del todo singular» María, pues fue colmada, de forma íntima y estable, por la gracia divina y, por tanto, santificada: haciéndola plenamente conforme al proyecto de Dios. La mujer que estaba destinada a convertirse en Madre del Salvador no podía menos de tener un origen perfectamente santo, sin mancha alguna. La Concepción pura e inmaculada de María aparece así como el inicio de la nueva creación. María está llena de gracia santificante, y lo está desde el primer momento de su existencia. La santidad original de María constituye el modelo insuperable del don y de la difusión de la gracia de Cristo en el mundo.

 ORACIÓN FINAL

¡Virgen Inmaculada! Tu intacta belleza espiritual es para nosotros manantial vivo de confianza y esperanza. Tenerte como Madre, Virgen santísima, nos alienta en el camino de la vida como prenda de salvación eterna. Por eso, a ti, oh María, recurrimos confiados.

Rogamos por las intenciones de esta Cruzada

(hacemos un momento de silencio para que cada uno pida la gracia que desea alcanzar en esta novena)

Tras un breve silencio, se puede concluir con un rezo a la Virgen María. Recomendamos el rezo completo del Rosario de cada día.